martes, 24 de febrero de 2009

Leo Franco impidió que el Oporto se marchase del Calderón con la eliminatoria resuelta.

La defensa del Atlético fue un auténtico coladero y permitió que los delanteros portugueses tuviesen infinidad de ocasiones.

El Oporto se marchó del Vicente Calderón con la sensación de haber dejado escapar con vida en su propia casa al Atlético de Madrid. Los rojiblancos volvieron a mostrar una vez más su peor versión. Esa en la que la defensa es un auténtico coladero y en la que hasta el delantero más flojo parece el mejor Ronaldo. Los portugueses se pudieron marchar de Madrid con la eliminatoria sentenciada e inexplicablemente no lo hicieron. Sólo Leo Franco y Forlán mantuvieron el tipo en un partido para olvidar.


Lisandro, Cristian Rodríguez y Hulk se pasearon por el césped del Calderón como si de un entrenamiento se tratase .

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